Nuestras Oportunidades

Esta palabra inevitablemente me conecta con la desconstrucción de: o-por-tu- unidad, es decir entrar en la profunda sensación que todo lo que sucede a nuestro alrededor es para que volvamos a sentirnos íntimamente unidos con nuestro mundo interno y por lo tanto con la vida.

Vamos a activar esa parte de nosotros, esa voz interior capaz de poner de acuerdo a todo nuestro ser interno (nuestras voces), para que en lugar de conectar desde la queja (del pobre de mí, del ¿por qué me pasa esto si soy tan buena(o)?) nos detengamos a pensar por un momento: ¿Cómo quiero vivir esta situación?  Es cierto que las emociones se dispararán por estar entrelazadas a nuestras creencias, sin embargo, en algún momento debemos permitirnos el regalo de sentarnos a reflexionar sobre las nuevas oportunidades que trae esta supuesta desgracia, desavenencia o los resultados que no esperábamos. Es más bien un aviso de la vida para tomar otro camino, decidir diferente.

La capacidad de ver oportunidades, donde otros solo ven caos, peleas, decepciones, es algo que se entrena, y para eso debemos querer pensar de una manera diferente, salir de la caja o de la zona de confort y lo más importante: CONFIAR en la VIDA.

Debemos recordar que nunca vemos lo que realmente esta sucediendo, solo vemos interpretaciones de nuestra mente en relación con nuestra programación inconsciente, a nuestras creencias, y como si eso fuera poco, solo percibimos un 3% de la supuesta realidad, desde nuestro punto de vista y con las limitaciones de nuestros sentidos.

¿Cómo hacerlo? Permitiéndonos entrar en la calma desde nuestra frecuencia racional, usar alguna técnica de respiración intencionada, o tratar de ver y percibir la situación, disociándonos como si fuera una película. Estas dos herramientas nos permitirán tomar distancia de la sobre identificación con una situación. Recordemos que no siempre tenemos que estar en modo alerta-supervivencia, que nuestra biología es sabia y que sabremos perfectamente cuando es necesario subirnos a la corriente de la huida, defender nuestra integridad o hacernos el muertito.

Sin embargo, cuando estamos frente a situaciones cotidianas es necesario reeducarnos, para aprender a mantener la calma, la mesura, aprender a escuchar y luego tomar decisiones o una postura. Nada bueno resulta de discusiones acaloradas, terminamos pronunciando palabras de las que luego tendremos que hacernos cargo.

Recordemos que la víctima/victimario siempre se siente atacada(o) o está preparada para atacar, nuestro cuerpo será el mejor de los sensores para identificar cuándo estamos entrando en estas frecuencias (el cuerpo se aprieta, palpitaciones rápidas, nuestras mejillas enrojecen, nuestros puños se aprietan, nuestro estómago duele, y tantas otras señales de nuestro sabio cuerpo), es en esos momentos donde debemos hacernos conscientes que nadie nos está haciendo nada, donde es solo información que estamos interpretando, y que tenemos el PODER INTERNO, de decidir como las vamos a vivir. Te ánimo a que ya no vivas más en piloto automático.

Te dejo las siguientes preguntas:

¿Sueles sentirte ofendido con facilidad?

¿Sientes que el mundo te ataca?

¿Te sientes inseguro(a) en algunos ambientes (laborales, familiares)?

¿Sientes que pensar diferente es sinónimo de conflicto y violencia?

¿Te sientes cómodo(a) escuchando opiniones diferentes a las tuyas?

By Anónimo Ego (A.E)

María José Tardón García
Humana en cuerpo de mujer tratando de experimentar el Ser
Espejos y Fractales del Alma

@efdalma
https://linktr.ee/efda 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *