Tomé esta terapia para comprenderme en los momentos de rabia para con mis hijes. Pero como todo en la vida se viste de matices tuve la oportunidad de trabajar otras dimensiones como: mis creencias con respecto a los hombres y el dinero. Hoy estoy en proceso de cambio, me siento abundante, gloriosa y agradecida.
Junto a mis bebés de 6 y 5 años, que con mucho amor y amabilidad están aprendiendo a autorregularse, alejada de las culpas, con un súper hombre de compañero y saboreando el dinero que entra a la familia. La terapia permitió cambiar el paradigma de mi vida, la vereda desde donde tomo mis decisiones. Entender y aceptar mi pasado, mi infancia, pues es lo que se manifiesta en mi presente, por sobre todo en aquellos momentos de crisis.
Tengo herramientas personales para darme cuenta o pegarme la cachá de mi autocontaminación, de enfrentarme al mundo desde lo que soy, con honestidad hacia mí misma, he evidenciado la magia del mantra, cómo cambia mi conducta y de los que me rodean.