El camino no ha sido fácil. Conocer a las personas no es fácil y cuando es a ti a quien debes conocer es aún más complejo. Al comenzar este proceso de sanación, tenía la idea que la mejor forma de poder progresar y avanzar era adquiriendo la capacidad de “controlar” mis emociones y es aquí donde María José me enseñó lo más importante: el objetivo no es el control, el objetivo es saber vivirlas, conectarte con ellas y por sobre todo ser capaz de identificar el verdadero origen de cada una de ellas.
Si bien todos a mi alrededor me han manifestado los cambios positivos que han podido ver en mí a lo largo de este proceso; el cambio más importante es el que noté al mirarme en el espejo. El poder apreciar mi reflejo y amar lo que veo, amar a esta mujer empoderada, valiente, exitosa, creativa, hermosa, gentil y talentosa en la que me he convertido, no tiene precio.